Campamento Planta! 2019, multiplicar la huella (Primera parte)

Como parte de su Programa de Capacitación cada año, en el mes de abril, Planta! organiza un campamento extracurricular con estudiantes universitarios de toda Cuba. Se desarrollan habilidades de liderazgo, gestión de proyectos, trabajo con comunidades, divulgación de la ciencia, ética científica, entre otros aspectos vinculados a la conservación de la biodiversidad. Hoy hablamos con algunos de los protagonistas de la octava edición en 2019.

 

Fecha: 14/05/2019

 

Proyecto: Programa de Capacitación: apoyando la conservación de especies de árboles amenazadas.

 

Cuatro días no bastan para enseñar algo sólido sobre conservación de la biodiversidad. A menos que se trate de un simulacro «maquiavélicamente pensado» ―como le gusta decir a Alejandro, coordinador del equipo de profesores― de la vida real, que las jornadas sean casi infinitas y en ellas los saberes se multipliquen.

 

Tras una rigurosa selección, el octavo Campamento Planta! reúne a 29 estudiantes universitarios de toda Cuba, y no solo de Biología. Aquí también los hay de Ingeniería Forestal, Bioquímica, Microbiología, Ciencias Agronómicas, Turismo y Comunicación Social. Ese tejido de puntos de vista es vital para un enfoque realista de la conservación, y los estudiantes, ávidos por hacer nuevas relaciones y divertirse, lo agradecen.

De sí mismo al equipo

En el recibimiento Enma lee las normas de convivencia, entre ellas el ahorro de energía y agua «para proteger el planeta». Proteger es algo más que ahorrar.

Potenciar el trabajo en equipos multidisciplinarios es uno de los objetivos esenciales del Campamento Planta!.

Unos pocos minutos para guardar los matules en las habitaciones y ya empiezan las actividades. Lo primero es la conformación al azar de cinco equipos, que irán acumulando puntos por cada actividad en el salón y en el campo, hasta que uno de ellos se proclame ganador.

A través de dinámicas participativas y charlas se llega, del «Conócete a ti mismo», a la idea más poderosa del campamento: la conservación es tarea de equipo, y cuanto más diverso, más fuerte. Así se resuelve la paradoja esencial que implica fomentar un espíritu competitivo, pues es, al mismo tiempo, antindividualista y multidisciplinar.

Diana, del equipo «mayor»

A Diana no le atrae la competencia, sino la cercanía del otro. Tiene un don especial para comunicarse, baila lo que le pongan hasta la hora que sea, es la misma cuando sonríe que cuando da un criterio autorizado. Pasó el campamento en 2014 y ahora, como graduada, forma parte del equipo que conduce la experiencia. Desde esta nueva perspectiva nos habla.

Diana Rodríguez (a la derecha) fue alumna del Campamento Planta! y ya hoy es parte del equipo coordinador.

«El proceso de organización es intenso y comienza meses antes. Durante estos cuatro días, tarde en la noche, los coordinadores nos reunimos y chequeamos lo que se hará al día siguiente. Evaluamos el ánimo de los muchachos, nuestra percepción del avance y asignamos tareas a los miembros del equipo. Por suerte, somos varios y tenemos de asistentes a algunos de los mejores «plantófilos» de campamentos anteriores. No obstante, siempre existe el riesgo de que algo cambie la dinámica del momento, lo solucionamos en equipo y todo fluye; realmente funcionamos como una familia».


Diana dirigió varias actividades este año, pero en una tuvo su primera vez. «Se pone a los estudiantes ante situaciones en que ellos tienen que decidir qué hacer teniendo en cuenta principios morales. Por ejemplo, reciben la solicitud de un coleccionista que les va a pagar un viaje de campo deseado a cambio de sustraer una planta amenazada para su colección o en una investigación no tienen en cuenta a todos los autores. El debate interno entre los equipos es rico para que cada uno llegue a conclusiones sobre la ética sin tener que dar una charla aburrida sobre principios morales, se incentiva el sentido común».


Ella cree que este año el grupo no es tan «explosivo» como los de años anteriores, en los que había muchas «individualidades». Será que es mi primera experiencia en el campamento, pero yo al menos conocí a tres: Yusniel, Ayeli y Jesús. En ellos, la explosión va por dentro.

Yusniel, Ayeli y Jesús – con tres historias de vida totalmente diferentes – nos cuentan detalles de su paso por el Campamento Planta! 2019.

Yusniel, el forestal de las orquídeas

Es uno de los más altos del campamento, como un pino o un eucalipto, árboles de gran utilidad para la industria maderera. Está en cuarto año de Ingeniería Forestal, pero su madre le enseñó el amor por las orquídeas y hoy él las colecciona. Por ellas, en última instancia, Yusniel está aquí.


«En mi carrera me enseñan que el sentido de una empresa es tener ganancias, retribuir a sus trabajadores, expandirse, y muchas veces, expandiéndote, perjudicas. El campamento me ha hecho tomar conciencia de que una gran responsabilidad por la pérdida de plantas recae en la industria forestal. Es posible cambiar el concepto y tener producciones sostenibles más amigables con nuestra flora nativa».

Yusniel Feitó (al centro) cree que el Campamento Planta! cambió su forma de ver la conservación de la biodiversidad.

Yusniel vive en Las Terrazas, un singular asentamiento en el corazón de la Sierra del Rosario, en los límites entre Artemisa y Pinar del Río. La omnipresencia del verde, fruto de la repoblación forestal en tierras que fueron objeto de una tala indolente, hizo a este muchacho estudiar su carrera.

«El campamento provoca un cambio total de perspectiva. A veces uno dice: “voy a conservar”, pero no sabe cómo, ni qué, ni cuál es la mejor vía, ni de quién depende. Aquí se llenan todos esos vacíos. He aprendido a lograr resultados poniéndome en situaciones realistas».

Yusniel Feitó

Alumno de Ingeniería Forestal

Universidad de Pinar del Río

«Cuando regrese a mi facultad voy a embullar a otros estudiantes a que vengan. Yo les diría que en el campamento te someten a situaciones que te llevan al límite de tus capacidades, te sacan de tu zona de confort, pero que te van a ser útiles en la vida. En la vida real».


Hará su tesis sobre la conservación de una especie de roble en la península de Guanahacabibes, tema nada habitual en su facultad, donde la mayoría elige el aprovechamiento de los recursos, la explotación maderera o la producción de semillas con ese fin. En Yusniel otra semilla germina.

(Continuará)

Continúan las historias del Campamento Planta!. Juan Carlos, tuvo la experiencia de vivir junto a 29 estudiantes de siete universidades cubanas cuatros días de intenso aprendizaje

En el Campamento Planta! «realmente funcionamos como una familia», dice Diana.

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