Una especie rara vuelve a aparecer... en Internet

¿Han oído hablar de Bembicidium cubense? Seguro que no. Vamos a contarles sobre su espectacular reaparición. Espectacular por tres razones. Sucedió como una luz en medio de la pandemia de COVID-19 que ha ensombrecido al mundo. Las redes sociales, casi más que el monte, fueron el «escenario». Y solo pudo propiciarla una filosofía de trabajo como la de Planta!, basada en la conjunción horizontal de prácticas y saberes diversos.

 

Fecha: 04/09/2020

 

Proyecto: Conservación de especies amenazadas de montaña.

Habla Noel, el arqueólogo

Trabajo en el Museo Arqueológico de Baracoa, en el extremo oriental de Cuba. Como mi especialidad es multidisciplinaria, desde el inicio la vinculé a mi otra pasión, las plantas, y estudié las que usaban los aborígenes en su vida cotidiana. Hasta que un día llegó la Iniciativa Planta! al Parque Nacional Alejandro de Humboldt. Y gracias a la formación que recibí de ellos, hoy lidero acciones para conservar el ácana (Manilkara valenzuelana), la palma Coccothrinax yunquensis y una especie de magnolia que acá conocemos como azulejo (Magnolia minor), especies exclusivas de nuestro país.

El arqueólogo Noel Coutín trabaja en el Museo Arqueológico de Baracoa y conserva la flora de la región.

Flora de Baracoa es una página de Facebook que creé en 2019 para divulgar las riquezas que atesora el Parque, bastante desconocidas por los cubanos. Desde entonces publico fotografías que hago durante mis recorridos por el monte. Los amigos de Planta! a menudo colaboran ayudándome a identificar las especies para que su nombre aparezca al pie de cada foto.

El primero de mayo pasado fui con un colega a monitorear la floración y fructificación de Magnolia minor, con vistas a la recolección de semillas. Llegamos temprano al sitio, pero las magnolias no tenían flores ni frutos. Muy cerca hay un arroyo, afuente del río Miel, en el que nunca había estado y decidimos ir en busca de alguna magnolia o ácana que pudiéramos sumar. A los 800 metros me llamó la atención una planta nueva para mí, de flores muy hermosas, y le tomé una foto que publiqué en mi página de Facebook a la vuelta con la esperanza de que los colegas y amigos me ayudaran a identificarla.

Bembicidium cubense, reencontrada gracias a las redes sociales.

Al otro día abro Facebook y lo primero que leo es una pregunta de uno de los botánicos más importantes de la región oriental de Cuba, José Luis Gómez: «¿Dónde tiraste la foto?». Además tenía mensajes del Dr. Eldis Bécquer, del Jardín Botánico Nacional, que quería saber si había recogido muestras para el herbario. Por WhatsApp se comunicó la gran amiga Dra. Lisbet González, del Herbario Nacional, indagando cuántos individuos de esta planta había visto. Algo pasaba, no me podía explicar tal revuelo. Entonces me di cuenta de que la planta que yo había encontrado era algo singular.

Habla Lisbet, la bióloga

Con las plantas es como con los rostros, a veces no sabes qué es, pero algo capta tu atención. En este caso eran unas flores rojas muy llamativas, del tipo que no puedes ubicar rápidamente en una familia o género. En cuanto varios colegas vimos la foto nos emocionamos y empezó el debate «a distancia». José Luis Gómez pensaba que podía ser una de las especies que se metieron por error en el gran «saco» de Poitea gracilis —todos estuvimos de acuerdo— y al final llegó a la conclusión de que era la antigua Bembicidium cubense.

Lisbet González es investigadora del Herbario Nacional y una de las fundadoras de Planta!

Este es un grupo de plantas complejo, al punto de que los taxónomos hace décadas las consideraron variantes de una misma especie. Bembicidium cubense fue descrita en 1920 a partir de una recolecta del botánico norteamericano John Aldolph Shafer en 1910. Nunca más había sido vista y no tardó en entrar al «saco» que borró su identidad. Hoy que volvemos a dar con ella, es obvio que se distingue de sus «parientas», entre otras cosas, por sus flores rojo-purpúreas que salen del tallo y se disponen en fila india. Esto la hace única a simple vista.

«Luego de 110 años sin haber sido colectada, esta rara especie de la flora cubana aparece en las redes sociales y ha despertado la alegría de los botánicos cubanos. Sin tener una ubicación exacta para ella y a falta de más elementos descriptivos, ya había perdido hasta su identidad. Sus atractivas flores rojas y la comunidad científica en Facebook han salvado del olvido a esta planta endémica cubana.»

Lisbet González-Oliva

Investigadora del Herbario Nacional de Cuba (HAC)

Instituto de Ecología y Sistemática

Hablan Noel y Lisbet, “plantófilos”

Cuatro días después volví al sitio y comprobé que no era una planta aislada, lo que solo había visto esa por estar florecida. Llegué a contabilizar 32 individuos de Bembicidium cubense, casi todos adultos y en muy buen estado. La mayoría vive cerca del cauce del arroyo. Son arbustos de entre 40 y 70 cm de alto.

El hallazgo demuestra cuánto pueden aportar las redes sociales en la nueva era de las comunicaciones. Una planta cubana sumida en el más profundo anonimato por más de 110 años ha reaparecido con el concurso de la tecnología y la colaboración de expertos de cuatro instituciones científicas cubanas. Aun en esta situación de distanciamiento físico, gracias a la tecnología, la familia de Planta! sigue conectada a la misma raíz.

Los 32 individuos de Bembicidium cubense se ubican cerca del cauce de arroyo afleunte del río Miel.

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